viernes, 22 de abril de 2016

SOCIEDAD DEL FUTURO

SOCIEDAD DEL FUTURO
Saltillo, Coahuila; México a
20 de abril de 2016
El análisis de una canción norteña, de un grupo que generalmente canta narcocorridos, fue la tarea a mis alumnos de Licenciatura en Derecho. Un corrido de la realidad social de este país, que invita a la reflexión y al análisis. ¿Estaremos haciendo bien las cosas como país? ¿Qué nos está fallando o faltando como sociedad?
Les cuento en un párrafo el corrido: un tipo va en su camioneta enojado, le toca rojo en el semáforo, y salta un niño a limpiarle el vidrio; él se pudo haber molestado más, pero se dio cuenta que el niño sonreía a pesar de estar descalzo. Después, vio a un viejito vendiendo periódicos; le preguntó cuánto ganaba, a lo que éste le contestó que un peso por cada periódico vendido, y que si no los vendía, lo despedirían. Después, la canción sigue contando cómo el mismo conductor de la flamante camioneta, se encuentra a un paletero con muletas; una pierna amputada lo caracterizaba, pero lo que más impresionó al protagonista fue la felicidad del paletero, pilar de su casa. En otra luz roja, se topa a una payasita con un acto de naranjas, quien le dijo necesitar el dinero para su hermana que requería medicinas caras; “no quiero que se muera, aunque ya esté desahuciada” le contó la niña.
Vivimos ensimismados pensando en tener cosas, aplicamos la empatía de manera contraria y creemos que la solidaridad es caridad.  Vemos la indiferencia como algo normal.
Empatía es ponerse en los zapatos del otro, no poner al otro en nuestros zapatos. ¡Qué fácil es decir “si yo puedo, todos pueden”! o “si pudo Fulano, Zutano también debe poder”. ¡Como si las herramientas psicológicas, físicas, morales y culturales, etc. fueran las mismas! ¡Como si todos hubiéramos tenido las mismas oportunidades! La medida no es uno mismo.
Parafraseando a Galeano, la solidaridad es horizontal, entre iguales; la caridad es vertical. Damos dinero como caridad, pensando en que actuamos como grandes seres humanos, criticamos el asistencialismo, pero aplaudimos la caridad, nos justificamos bajo la frase “hay que enseñar a pescar”. Es cierto, hay que hacerlo, pero mientras se les enseña a pescar, ¿esperamos a que  mueran de hambre? Decía Gramsci: “el asistencialismo es un derecho, no una concesión”.
También decía que la indiferencia es inhumana, ¿a mí qué? ¿Qué tengo que ver? “No es mi responsabilidad”, actitudes que matan la sociedad poco a poco.  Vivimos en una colectividad individualizada, donde no importa nadie más que yo mismo.  Sociedad no es vivir sólo entre todos. Me viene a la mente la  película La Máquina del Tiempo de 1960, en la cual una escena de una supuesta sociedad del futuro, una joven estaba ahogándose y nadie hacía algo por salvarla. Creo que esa sociedad del futuro ya llegó y es la presente.
A ver qué opinan, se llama la canción.  La cantan Los Traviezoz de la Zierra (sic) Escuchen este corrido con contenido social; hay quien critica a quien ha apoyado a los ambulantes o a los voceadores. Cada uno tiene una historia distinta que puede ser o no trágica, sin embargo, su trabajo los hace los pilares de sus hogares. Si no los dejamos trabajar, se quedan sin comer o sin alguna medicina. Cada historia está ahí, puede ser que la encuentres y no la veas, puede ser que la veas y la ignores.
El corrido habla de solidaridad, empatía e indiferencia; mejor dicho, habla de una sociedad con falta de empatía, carente de solidaridad y exceso de indiferencia.
 F. Abraham Tobias Hernández
@AbrahamTobias

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